El índice de longevidad aumenta y con ello cambia la sociedad, el artículo que nos presenta Osorio habla acerca de lo problemas que surgen de la exclusión de los adultos mayores. Este importante grupo de personas se ve marginado por la propia sociedad de la que forman parte pero no se les toma en cuenta ya que no desempeñan ningún papel relevante, llamándoles “incompetente” término incluso utilizado para referirse a ellos mismos.
En este artículo muy bien redactado se ve como las imágenes sociales sobre la vejez penetran nuestro ámbito social y cultural, además como las percepciones e hipótesis compartidas que surgen para crear estereotipos de la personas mayores prevalecen,por consiguiente, reflejando aspectos negativos de lo físico, lo social y lo cognitivo, así como de la personalidad. De este modo, se presenta a los ancianos como individuos con discapacidad, que no pueden valerse por sí mismos y necesitan protección. Una de las razones que explican esta situación es la escasa valoración social de la vejez y los estereotipos que rodean a esta etapa de la vida.
Osorio nos plantea una problemática social de la que nadie habla, y nadie quiere ser vocero, lo cual me parece alarmante.
La sociedad le teme a la vejez, si bien la mercadotecnia influye en gran medida ya que te invita a esconder el paso de los años como si fuera algo vergonzoso, nuevos productos que te hagan sentir “joven”, eliminando la importancia que es el vivir, vaya el llegar a la vejez debería ser sinónimo de triunfo, sin embargo se asocia la vejez a la muerte cercana , estamos poniendo límites a estas personas sumamente pensantes, el principal error es que nos creemos superiores en conocimiento, pero, ¿qué es el conocimiento sin la experiencia?